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Padre tiempo

"Nuestra concepción del "tiempo" es compleja y cambiante. Por ejemplo, "el tiempo pasa con rapidez", "el tiempo es cíclico y acaba donde empezó", "el tiempo nos enseña a ser prudentes", "el tiempo da y quita". Toda esa gama de ideas la englobaban los egipcios en una figura sólida y única cuando dibujaban una serpiente alada mordiéndose la cola. Y existen muchas otras figuras semejantes descritas por Horus".
Marsilio Ficino (1433-99)Comentario que figuraba como apéndice de su traducción latina de Plotino, editada en 1492.

 

En el presente trabajo pretendemos acercarnos a la idea tradicional de tiempo, para ello hemos tomado como base teórica el artículo del profesor Erwin Panofsky: “El padre tiempo” publicado en su libro “Estudios sobre iconología1, que se basa en las diferentes formas iconológicas que expresan  la idea de tiempo a lo largo de la historia, empero, pretendemos ir más allá de esta lectura, situándonos en el punto de vista de la Ciencia Sagrada, es decir la base intelectual de este trabajo, para ello remitimos al artículo de Federico González: “El Ser del Tiempo2, en éste se dice:

“ Para una visión tradicional, el Tiempo es el soplo vital, el Gran Cohesionador de lo creado, y es absolutamente natural que su expresión gráfica sea la de una circunferencia que al limitar un espacio configura un círculo, una primera figura plana, tanto de un espacio original, como del ciclo en que es vivido, o revivificado, por la acción espontánea del tiempo, generador permanente del movimiento y las leyes que lo rigen y en total correspondencia, como no podía dejar de serlo, con sus propios orígenes, con su razón de ser; con el Ser del Tiempo como supuesto de todo lo creado. Esto sólo bastaría para ligar inmediatamente estas concepciones con la idea de lo sagrado y la divinidad, evidente en este pensamiento acerca de los orígenes y estructura cósmica y por cierto son numerosos los dioses fundamentales de todos los panteones ligados al tiempo, a su transcurrir, a su velocidad y a la memoria y el olvido, al hálito vital, ánima mundi, ritmo, ciclo, etc.”

Desde el punto de vista tradicional el simbolismo del tiempo aúna el presente eterno (no tiempo) y su manifestación que puede ser percibida como: arquetípica (el principio del movimiento), como sucesión cíclica (expresada en los calendarios) y como lineal (la única que contempla el hombre actual, es sin embargo la más alejada de su principio). Como iremos viendo a lo largo del texto ello se irá traduciendo en diferentes formas iconológicas que no difieren en lo esencial y no suponen contradicción.

E. Panofsky(.....)“En el arte del Renacimiento y del Barroco el Padre Tiempo tiene generalmente alas y está casi siempre desnudo. A su atributo más frecuente de una guadaña o una hoz se unen, o a veces los sustituyen, un reloj de arena, una serpiente o dragón que se muerden la cola, o el Zodíaco; y en algunos casos anda con muletas.

Giovanni Cavattoni
Alegoria del Tiempo. Giovanni Cavattoni

Algunos de los rasgos de estas imágenes más completas se pueden encontrar, por ejemplo, en representaciones clásicas, o de la antigüedad tardía, de la idea del Tiempo; pero ninguna de las combinaciones peculiares, que constituyen el tipo del Padre Tiempo en el sentido moderno (la vejez y la guadaña), pueden descubrirse en el arte antiguo. En él encontramos, hablando en general, dos tipos principales de concepciones y de imágenes. Por una parte existen las representaciones del Tiempo como «kairos»; es decir, el momento breve y decisivo que marca un punto crucial en la vida de los seres humanos o en el desarrollo del universo. Este concepto era ilustrado por la figura conocida vulgarmente como la Oportunidad. La Oportunidad se representaba como un hombre (originalmente desnudo) en un movimiento de fuga, normalmente joven y nunca muy viejo, a pesar del hecho de que el Tiempo es llamado a veces “polios”(de cabellos grises) en la poesía griega. Estaba provisto de alas en los hombros y en los tobillos. Sus atributos eran una balanza, originalmente en equilibrio en el filo de un cuchillo afilado, y en un periodo algo más tardío, una o dos ruedas. Además su cabeza mostraba a menudo el mechón de pelo proverbial, por el cual se puede atrapar a la Oportunidad, calva. Fue debido a este carácter oscuramente alegórico por lo que la figura de «kairos» , o la Oportunidad, atraía a la mente de la antigüedad tardía o del medievo. Sobrevivió hasta el siglo XI y después tendió a mezclarse con la figura de la Fortuna, fusión favorecida por el hecho de que la palabra latina para «kairos», o sea occasio, es del mismo género que fortuna.

Kairos

Kairos. Relieve clásico. Turín. Museo

Por otra parte una idea exactamente contraria a la de «kairos» está representada también en el arte antiguo; me refiero al concepto iranio del Tiempo como «Aion», o sea el principio divino de creación eterna e inagotable. Estas imágenes, o están relacionadas con el culto de Mithra, en cuyo caso muestran una figura severa y alada con cabeza y garras de león, estrechamente rodeada por una gran serpiente y llevando una llave en cada mano, o representan a la divinidad órfica conocida normalmente como Fanes, en cuyo caso muestran un bello joven alado, rodeado por el Zodíaco y equipado con muchos atributos de poder cósmico; también él está rodeado por los anillos de una serpiente.”....

Fanes
Fanes con los signos del zodíaco, siglo III d.C.,
Galleria Estense, Módena

Kronos-Mitra. Escultura clásica. Mérida

El concepto de «kairos»  puede traducirse como "el momento justo", de ahí su relación con ocasión y con fortuna. Si bien esto puede entenderse en un sentido literal o alegórico, contiene un sentido más profundo, arquetípico:  el «kairos»  constituye el punto central, inicial que señala el comienzo de un nuevo ciclo, ya sea microcósmico o macrocósmico,  ese momento queda signado como crucial y decisivo en cualquier ámbito, no sólo de la experiencia humana. Los calendarios se conforman a partir de este momento o punto de partida, tal es el caso de las fundaciones míticas de ciudades, que en este caso se constituyen en centro del mundo, o también el nacimiento de un avatar (encarnación de Vishnu, el aspecto conservador de la deidad). Tal como el nacimiento de Jesúcristo, al que San Pablo denomina «kairos», y que por otro lado señala el punto de partida de nuestro calendario actual. Igualmente ocurre con el momento inicial de la Creación, «kairos»  es también un atributo de Zeus, y del primer móvil.
El hecho de que en su representación antropomórfica el «kairos» aparezca con una balanza, es también significativo desde este punto de vista, ya que para la Tradición la balanza es un símbolo de la estrella Polar que constitutye el cenit de la bóveda celeste, y no deja de ser curioso que en una iconografía posterior, cuando el Tiempo (Chronos) es asimilado al planeta Saturno, éste tiene su exaltación curiosamente en Libra, la balanza. La rueda es el símbolo de la Unidad y del desarrollo de todas sus posibilidades.
Ambos atributos están en consonancia con la idea tradicional del Tiempo.
En el libro “Historia de las creencias y las ideas religiosas”3 , Mircea Eliade dice en relación a las teogonías órficas que :

E. Panofsky" (..)el tiempo (Chronos) produce en el Éter el huevo primordial del que surge el primero de los dioses, Eros, llamado también Fanes. Eros, principio de la generación, crea a los demás dioses y el mundo. Por otro lado Mitra es una deidad de origen indio-iranio o caldeo, relacionada con el Apolo griego (anima mundi), y presenta numerosas analogías con la figura de Cristo, ya observadas por algunos padres de la iglesia, como Justino y Tertuliano. Su fiesta principal se celebraba el 25 de diciembre, día del solsticio de invierno, coincidiendo así con el nacimiento del “Sol invencible” y victorioso sobre las tinieblas"

De aquí que tengamos que estar en desacuerdo con el profesor Panofsky cuando dice que el concepto iranio de Tiempo, o la cosmogonía órfica expresan una idea contraria a la de «kairos» , cuando más bien son expresiones análogas de una misma idea. También la figura de Cristo como Pantocrátor aparece en algunas representaciones rodeado por el Zodíaco.

Cristo-Apolo en el centro del zodíacoTolomeo. Tablas astronómicas fáciles.
1.Cristo-Apolo en el centro del zodíaco, siglo XI, Bibliothèque Nationale, París.
2.Tolomeo, Tablas astronómicas fáciles, siglos VIII-IX. Biblioteca Apostolica Vaticana. Figura central de Apolo.

En una nota de su estudio el propio autor, E. Panofsky, reseña que un grabado de Hieronymus Olgiatus de 1569, la figura de Fanes se usa para una alegoría de la Alquimia. Se dice que el alquimista trabaja con el favor del tiempo, pero también que la Obra está ya consumada porque pertenece al no-tiempo, a la Eternidad.


1.Emblema de la Alquimia. Girolamo Olgiati.ca. 1569
2.Speculum Veritatis. s.XVII


E. Panofsky .....“En ninguna de estas antiguas representaciones se encuentra el reloj de arena, la hoz o la guadaña, las muletas o algún otro signo especial de vejez. En otras palabras, las antiguas imágenes del Tiempo están caracterizadas por símbolos de una velocidad fugaz de equilibrio inestable, o por símbolos de poder universal y fertilidad infinita; pero no por símbolos de destrucción y decadencia. ¿Cómo llegaron a introducirse entonces estos atributos específicos del Padre Tiempo?
La respuesta reside en el hecho de que la expresión griega para el tiempo, Chronos, era muy parecida al nombre de Kronos (el Saturno romano), el más viejo y más tremendo de los dioses. Como patrón de la agricultura, llevaba generalmente una hoz. Como el más viejo del Panteón griego y romano, era profesionalmente viejo y, más tarde, cuando las grandes divinidades clásicas llegaron a ser identificadas con los planetas, Saturno fue relacionado con el más alto y el más lento de éstos.  (..)
El  parecido casual entre las palabras de Chronos y Kronos4 fue aducido como prueba de la verdadera identidad de los dos conceptos que, realmente, tenían algunos rasgos en común. Según Plutarco, que es el primer autor que afirma esta identidad de forma escrita, Kronos significa el Tiempo, de la misma forma que Hera significa el Aire, y Hefaistos el Fuego5 . Los neoplatónicos aceptaron la identificación con fundamentos metafísicos más que físicos, interpretando a Kronos, padre de los dioses y de los hombres, como “Nous” la Mente Cósmica (mientras que su hijo Zeus o Júpiter fue asimilado a su «emanación» la “Psique” o alma cósmica), y pudieron fácilmente fundir este concepto con el de Chronos, el «padre de todas las cosas», el «sabio y viejo constructor», como fue llamado. Los sabios escritores de los siglos IV y V d. C. comenzaron a otorgar nuevos atributos a Kronos-Saturno como la serpiente o el dragón que se muerde la cola, con lo que intentaban subrayar su significado temporal. También reinterpretaron los rasgos originales de su imagen como símbolos del tiempo. La hoz, considerada tradicionalmente como un utensilio agrícola o un instrumento de castración, vino a ser interpretada como un símbolo de tempora quae sicut falx in se recurrunt; y la leyenda mítica de que había devorado a sus propios hijos se dijo que significaba que el tiempo, a quien Simónides ya había llamado «de dientes afilados» y Ovidio edax rerum, devora todo lo que crea.”...

La serpiente o el dragón que se muerde la cola, es el Ouroboros, un símbolo universal, presente en todas las tradiciones, que designa la unión del alfa y el omega (príncipio y fin). Expresando a la vez simultaneidad y sucesión. La circunferencia necesita de un centro que la conforme, este punto central constituye el Ser del tiempo, y la circunferencia es su manifestación. La  visión desde el punto central es simultánea , es el eterno presente, el no-tiempo, y la visión desde la circunferencia es sucesiva. La manifestación permite el desarrollo de las potencialidades que están inscritas en el eterno presente. Es en este desenvolvimiento de la manifestación (de la potencia al acto) donde se pueden encontrar dos corrientes una ascendente y otra descendente (que unen el centro con su periferia), estas dos corrientes están señaladas por las dos serpientes del caduceo de Hermes. El Ouroboros  lleva en sus representaciones una inscripción (ilustración izquierda Codex Marcianus del siglo II) dice: “El Uno, El Todo”.

E.P.... “Por tanto será en la iconografía de Kronos-Saturno más bien que en la del Tiempo mismo donde tendremos que buscar pruebas suplementarias. Pero la síntesis que luego fue origen de la imagen del Padre Tiempo, tal como la conocemos, no se logró sin haber pasado por muchas vicisitudes. En el arte clásico la figura de Kronos o de Saturno es una figura digna, (...), caracterizada por una hoz, un velo sobre su cabeza, y, cuando está sentada, por una actitud doliente con su cabeza apoyada en la mano. Las alas no aparecen nunca, como tampoco bastones ni muletas.


Kronos y Rea. Vasija ática. s. V

Esto cambió durante la Edad Media (...) la imagen clásica de Saturno fue resucitada ocasionalmente en el arte Carolingio y en el periodo medio de Bizancio, pero sobreviviría por un periodo relativamente corto. Se encuentran por primera vez representaciones de Saturno, repitiendo más o menos el tipo clásico cuyo mejor ejemplo es el mural de la Casa dei Dioscuri en Pompeya, en los ejemplares de un calendario del siglo IV conocido por el Chronógrafo del 354 o el Calendario de Filocalus; en segundo lugar, en los «planetaria» de los tratados de astronomía de origen carolingio y bizantino.


Cronógrafo del 354 (copia renacentista). Roma, Biblioteca Vaticana

En tercer lugar, en los manuscritos de los siglos XI y XII de las Homilías de San Gregorio, donde aparecen episodios del mito de Saturno, entre otras escenas que indican la inmoralidad de los dioses paganos; en la miniatura en cuestión devora la piedra envuelta en ropa que ha sustituido al pequeño Júpiter. En cuarto lugar, en las ilustraciones del capítulo «De diis gentilium» de la enciclopedia de Rábano Mauro De Universo, que ha llegado a nosotros en dos ejemplares independientes: uno hecho en Montecassino en 1023 ,y el otro en el sur de Alemania en la prmera mitad del siglo XV; es interesante anotar que en el manuscrito de Montecassino la hoz clásica (conservada fielmente en el ejemplar alemán, más reciente) ha sido ya sustituida por la moderna guadaña.”...


Rea y Kronos. Códice griego

Saturno, Jupiter, Jano y Neptuno.
Saturno, Júpiter, Jano y Neptuno.
Del "De Universo" de Rabano Mauro.
Montecassino, siglo XI

Saturno y Jupiter
Saturno y Jupiter. Del "De Universo" de Rabano Mauro.
Montecassino, siglo XV

Para la tradición la castración de Urano por parte de Saturno, y el derrocamiento de éste por Zeus o Júpiter, constituye la descripción de una Cosmogonía, recordemos que según la teogonía de Hesiodo, Saturno reinaba en la Edad de Oro, a la que seguía la de Plata, de Bronce y de Hierro, (la humanidad actual). En una nota en el texto se hace referencia a un manuscrito (Cod. Ambros)  que cuenta con una inscripción griega traducida por “Kronos castrando a Urano”, sin embargo se ve a Saturno rompiendo el firmamento con una hacha, lo cual no hace sino clarificar lo que el mito describe. La caída es consustancial a la Creación, y necesaria para el desarrollo de todas las posibilidades contenidas en su origen, de aquí las diferentes generaciones de dioses que se suceden.
Volviendo al símbolo del círculo, en sentido expansivo desde el centro a la circunferencia: desde la unidad y sus emanaciones hasta la manifestación formal y substancial, y en sentido inverso o contractivo, desde la periferia al centro retornando a la unidad, la manifestación es reabsorbida a su origen.  Idea análoga a la expresada por el mito de Saturno, deidad que junto con Rhea es padre de dioses, pero también los devora.

E.P..... “Durante la alta Edad Media, el arte occidental abandonó las pinturas carolingias que cayeron en el olvido hasta el siglo xv, y que en el intermedio fueron sustituidas por tipos completamente no clásicos. Debido al hecho de que Saturno, como Júpiter, Venus, etc., habían sido identificados con planetas, estas nuevas imágenes aparecen en ilustraciones de textos mitográficos y astrológicos al mismo tiempo.
En su aspecto de regidor de los planetas, se tenía a Saturno por un personaje especialmente siniestro; todavía usamos la palabra «saturniano» para indicar un «temperamento lento y sombrío» según el diccionario de Oxford. (..). Los hombres nacidos bajo Saturno estaban condenados a la melancolía. Incluso sus favorables influencias eran concedidas solamente a una minoría muy pequeña de los «hijos» de Saturno. (...). De hecho la Muerte, como Saturno, era representada con una guadaña o una hoz desde épocas muy tempranas. Se hacía responsable a Saturno, de las inundaciones, hambres y toda clase de desastres. Los nacidos bajo sus signos eran clasificados entre los más desgraciados e indeseables de los mortales: mutilados, avaros, mendigos, criminales, campesinos, pobres, limpiadores de letrinas y sepultureros. Tuvo que llegar el último cuarto del siglo xv para que los neoplatónicos florentinos volvieran al concepto plotiniano de Saturno, conceptuándolo como representante y patrono de la profunda contemplación religiosa y filosófica, e identificando a Júpiter con la simple inteligencia práctica y racional. Pero incluso este resurgimiento neoplatónico, que daría como resultado último una identificación de la melancolía saturniana con el genio, no pudo debilitar la creencia popular de que Saturno era el más maléfico de los planetas.

La Muerte
La Muerte. Munich. s. XI

La astronomía es la más antigua de todas las ciencias y es ella la que determina en su origen una civilización.  Constituye el estudio de los ciclos y ritmos de los astros, lo que pone al hombre en contacto con ciclos mayores  que le permiten ir conociendo la cosmogonía, los planetas se constituyen en regidores de estos ciclos, por tanto son símbolos de realidades superiores, de aquí que se puedan identificar con los dioses de las distintas tradiciones, ya que expresan lo mismo, emanaciones o reflejos de la Unidad. Los dioses, que también pueden entenderse como leyes universales, se manifiestan bajo forma de estrellas (planeta significa etimológicamente “estrella errante”). Saturno constituye la esfera más elevada y su ciclo el más largo (su revolución alrededor del Sol dura treinta años), lo que supone una deceleración del tiempo desde el punto de vista de la manifestación más grosera, por encima se sitúa la esfera de las estrellas fijas. En su lentitud expresa la introspección, la actitud contemplativa, necesaria para la búsqueda del conocimiento, que se realiza en soledad y es más propio de la vejez  o fruto de la experiencia. Desde su posición elevada observa los cambios en las otras esferas e imprime con su propio movimiento el espacio para otros planos de manifestación, y tiene por compañera a la muerte, porque por un lado esta signa a todo cuanto existe, y es por otro lado necesaria para la transformación a otros estados del Ser. La muerte es una iniciadora y Saturno la deidad que corona estos trabajos. Desde este punto de vista puede entenderse que su influencia sea vista como nefasta pero sólo desde esferas más bajas puesto que limita o destruye todo cuanto no es.

Rafael, la astronomía
La astronomía. Rafael, 1508
Palazzi Vaticani, bóveda de la Sala de la Signatura, Ciudad del Vaticano

La musa Urania sujeta el globo celeste con la mano.

E.P..... “La imaginería astrológica derivada en parte de fuentes árabes nunca dejó de subrayar estas implicaciones desfavorables. Saturno aparece la mayor parte de las veces como un viejo lento y enfermizo, con mucha frecuencia de aspecto rústico. Frecuentemente se sustituyen la guadaña o la hoz por un azadón o una pala, incluso cuando se le representa como un rey con trono y coronado; y esta pala tiende a transformarse en un bastón o muleta que indica la vejez y decrepitud general.(..). En miniaturas y grabados que ilustran la influencia de los Siete Planetas sobre el carácter y el destino humano —tema favorito del arte de los siglos XV y principios del XVI en Italia, y más aún en los países nórdicos— las cualidades de los «hijos» de Saturno reflejan abundantemente la naturaleza indeseable de su «padre»: muestran una reunión de labradores pobres, leñadores, presos, mutilados, y criminales en la horca; el único rasgo redentor es un monje o un eremita, un humilde representante de la vida contemplativa.

.Saturno en Capricornio
Saturno en capricornio.
Nueva York. Biblioteca J.P. Morgan. hc.1400


Los hijos de Saturno,
miniatura del De Sphaera, siglo XV,
Biblioteca Estense, Módena

Saturno y sus "hijos"
Saturno y sus "hijos".
Grabado en madera. s.XV

El autor sigue reflejando la influencia invertida de Saturno, señalaremos  que éste se ha relacionado con el arcano “VIIII: El Ermitaño”, del Tarot, el cual esta relacionado con el tiempo que devora a sus hijos, la Antigüedad y la vejez, a las que la Tradición siempre ha concedido la mayor importancia, respeto y veneración; y con la experiencia, la lentitud, la paciencia, la soledad, y, en general, con las bellas virtudes de la ancianidad. Al revés, esta carta indica los vicios propios de una vejez carente de espiritualidad. 6  La falta de espiritualidad, (hay niños viejos), crea una vacío interior que lleva a la indiferencia, a la apatía y al egoísmo,  se tiende a la evasión, a buscar la “felicidad” satisfacción o consuelo rápido y habitualmente material. Si esto es así en cuanto a lo individual también lo es en cuanto a una humanidad vieja. Si Saturno presidía la Edad de Oro, se podría decir que también la Edad de Hierro, pero una invertida con respecto a la otra (vejez y decrepitud general como dice Panofsky).

El Ermitaño
Arcano VIIII. Tarot Marsella

E.P.... “En las ilustraciones mitográficas derivadas exclusivamente de fuentes textuales el aspecto de Saturno va de lo fantástico a lo terrorífico y repulsivo. En el primer ejemplo conocido, un dibujo de Regensbrug de hacia 1100, lleva un velo grande y ondulado (que ilustra el caput velatum, o glauco amictu coopertum) y porta una hoz, una guadaña y el dragón que muerde su cola.

Los Dioses paganos
"Los Dioses Paganos". Munich.hc.1100

Esta imagen que el propio autor pone como ejemplo esta sacada del “Comentario sobre Marciano Capella de Remigio de Auxerre” 7Hacia el 1100, y de la cual dice en el prefacio de su libro: 
“...Apolo aparece conduciendo un carro de labrador que lleva en la mano una especie de ramo con los bustos de las Tres Gracias. Saturno se asemeja más a una estatua columna del románico que al padre de los dioses del Olimpo, y el águila de Júpiter tiene un pequeño nimbo como el águila de San Juan Evangelista o la paloma de San Gregorio.”  Apolo es expresión del “ánima mundi”, las tres Gracias que tejen el velo de Harmonía a través del triple gesto de la generosidad: dar, aceptar y devolver. Saturno en actitud hierática pero sonriente (ni terrorífico, ni repulsivo) se asemeja como bien dice el autor a una columna o eje vertical simbolizando el principio del que parten los distintos seres. El nimbo es una representación clara de la comunicación con estados suprahumanos.
Dante describe el séptimo cielo o de Saturno en el Paraíso, en su “Divina comedia”. En el se encuentran los espíritus contemplativos, antes de acceder al cielo de las estrellas fijas. La elevación por las esferas, es análogo a la idea expresada por la escala de Jacob, y por cierto, también Marciano Capella plantea en su libro  este ascenso o recorrido del Conocimiento por las esferas. Tomados ambos autores como ejemplo (del siglo V al XIII), nos sirve para ver que hay un hilo sutil  que mantiene viva la Tradición.

cielo de Saturno
Ilustración de la "Divina Comedia", la esfera de Saturno, canto XXI
Paolo, Giovanni di, h.1450

E.P..... “El tipo habitual se desarrolló en el siglo XIV cuando el Ovidio Moralizado y sus derivados empezaron a ser ilustrados. Estas ilustraciones incluían usualmente figuras suplementarias relacionadas con el mito de Saturno, (..).Los miniaturistas no tenía escrúpulos en representar el espantoso proceso de castración, así como el acto de devorar a un niño vivo, una escena que no aparece nunca en las representaciones clásicas. Esta imagen canibalística se transformaría en el tipo aceptado en el arte medieval tardío, y finalmente se mezclaría con las representaciones astrológicas de tal manera que, a veces, encontramos una combinación de la castración e ingestión del niño, o una combinación de la ingestión con el motivo de la pierna de madera. En una forma más o menos clasicista, ambas escenas continúan hasta el alto Renacimiento y el Barroco e incluso hasta después; el horrible Saturno de Goya es conocido de todo el mundo, y la castración puede ser vista todavía por ejemplo en los frescos de Villa Lante, atribuidos a Giulio Romano.


Página miniada del Ovidio moralizado


Página miniada del. Ovidio moralizado

Reproducimos el texto de Ovidio en que describe la Edad de Oro:

“La Edad de Oro fue la primogénita, la cual, sin coacción, sin ley, practicaba por sí misma la fe y la justicia. Se ignoraba el castigo y el miedo, y no se veían grabadas en público, en bronce, para ser leídas, palabras amenazadoras y la multitud suplicante no temblaba ante la presencia de su juez, sino que estaban seguros sin defensor. Todavía no había sido cortado el pino en sus montañas y no había descendido a la liquida llanura para visitar un mundo extranjero y los mortales no habían conocido otros litorales que los de su país. Aún no circundaban las ciudades los profundos fosos; no había largas trompetas, ni cuernos de bronce curvado, ni cascos, ni espadas; sin necesidad de soldados, las naciones pasaban seguras sus ocios agradables. La misma tierra que producía sin que nada la obligara, los hombres recogían los madroños, fresas silvestres, frutos del cornejo, moras que se adherían a las zarzas espinosas y bellotas que habían caído del corpudo árbol de Júpiter. La primavera era eterna y los apacibles céfiros acariciaban con sus tibios soplos a las flores nacidas sin semilla. También la tierra, que no había sido labrada, producía mieses, y el campo, sin ser cultivado, se cubría de grávidas espigas; manaban, ya ríos de leche, ya ríos de néctar, y de la verde encina iba destilándose la dorada miel.
Después de que el mundo estuvo bajo el gobierno de Júpiter, una vez que Saturno fue enviado al tenebroso Tártaro, llegó la Edad de Plata, inferior a la de Oro, pero mejor que la del amarillento Bronce....” 8

Sigue con el texto del profesor Panofsky:
“Esta era la situación cuando los artistas empezaron a ilustrar los Trionfi de Petrarca. La castidad, como todo el mundo sabe, triunfa sobre el amor, la Muerte sobre la Castidad, la Fama sobre la Muerte y el Tiempo sobre la Fama, para ser derrotado solo por la Eternidad. Como el poeta no había descrito el aspecto exterior del Tiempo si se exceptúa su «andar leggiero dopo la guida sua, che mai non posa», los ilustradores tenían libertad para representarlo en la forma que quisieran. Durante la Edad Media se había llegado a algunas personificaciones escolásticas del Tiempo en sentido estricto, tales como una miniatura francesa de hacia 1400 mostrando a «Temps» con tres cabezas (para designar el pasado, el presente y el futuro), y con cuatro alas, cada una de las cuales representaba una estación del año, mientras que cada pluma simbolizaba un mes.(..)


El Tiempo. Giulio Pipi. Grabado. s.XV


El triunfo del tiempo

.....“Este es, por tanto, el origen de la figura del Padre Tiempo que nosotros conocemos. Mitad clásica, mitad medieval, parte occidental y parte oriental, esta figura ilustra al mismo tiempo la grandeza abstracta de un principio filosófico y la maligna voracidad de un demonio destructor, y es precisamente esta rica complejidad de la nueva imagen la que explica la aparición frecuente y el variado significado del Padre Tiempo en el arte del Renacimiento y del Barroco.

A veces la figura del Padre Tiempo es usada simplemente como un medio para indicar el paso de los meses, años o siglos, como en el Cuento de Invierno de Shakespeare, donde el Tiempo aparece como Chorus antes del acto quinto, o, de nuevo, en uno de los proyectos de Bernini donde se le hace llevar un obelisco egipcio, y en innumerables alegorías de carácter arcaizante o histórico. Sin embargo, en otros casos, incluso más numerosos, la figura del Padre Tiempo está revestida de un significado más profundo y preciso; puede actuar, hablando en general, como un Destructor o como un Revelador, o como un poder universal e inexorable que a través de un ciclo de procreación y destrucción origina lo que se puede llamar una continuidad cósmica: «nutres y matas todo lo que existe» para hablar con las palabras de Shakespeare. (...)

A su vez el Tiempo podía ser mostrado como agente de la muerte a quien suministra sus víctimas, o como un demonio de dientes de hierro rodeado de ruinas . Este concepto del «diente del Tiempo», en una extraña aplicación a la arqueología, está reproducido muy literal e irónicamente en el frontispicio de una edición del siglo XVII de Cien estatuas romanas respetadas por el celoso diente del Tiempo; en él vemos al Padre Tiempo con su guadaña, y su serpiente mordiéndose la cola, entre fragmentos de edificios y estatuas, dando dentelladas al torso de Belvedere, exactamente de la misma forma que se había mostrado al viejo Saturno devorando a sus hijos.


El tiempo destructor. Grabado, frontispicio de Fr. Perrier. 1638

El tiempo como un Revelador es conocido no solo a través de muchos proverbios y frases poéticas sino también por incontables representaciones de temas tales como la Verdad descubierta o rescatada por el Tiempo, la Virtud vengada por el Tiempo, la Inocencia justificada por el Tiempo, y otros semejantes. Las interpretaciones artísticas del tema del Tiempo y la Verdad basadas en la frase «veritas filia temporis».


El tiempo descubriendo la verdad. Dibujo de Bernini

En la Gallería degli Arazzi, en Florencia, cuelga un tapiz basado en un cartón de Angelo Bronzino y realizado por el maestro tapicero flamenco Giovanni Rost. En esta composición llamada La Inocencia del Bronzino en un inventario de 1549 la Inocencia aparece amenazada por las potencias del mal, simbolizadas por cuatro animales salvajes: un perro, un león, un lobo y una serpiente, que representan a la Envidia, la Ira, la Avaricia y la Perfidia. La Inocencia es rescatada por la Justicia que lleva espada y una balanza, y cuyo gesto es intencionadamente idéntico al de Cristo rescatando las almas del Infierno, mientras que el Tiempo alado, con un reloj de arena puesto en su hombro, abraza lo que un autor anterior llama «una muchacha joven». Pero en realidad el Tiempo no solo está abrazado, sino también quitando el velo que cubre a esta joven, que se muestra así como una personificación de la Verdad. Por tanto, la composición es una mezcla de tres versiones de un solo tema relacionadas entre sí: La Verdad rescatada por el Tiempo, la Verdad desvelada por el Tiempo y la Inocencia justificada después de la persecución; el tercero de estos temas es el de la famosa calumnia de Apeles tal como la describe Luciano. (....)


La inocencia de Bronzino

El Tiempo como principio cósmico universal ha sido descrito en la poesía desde los Himnos Orficos a Edna St. Vincent Millay y Aldoux Huxley, en filosofía desde Zenón a Einstein y Weyl, y en arte desde los pintores y escultores de la antigüedad clásica hasta Salvador Dalí. En el libro de Stephen Hawes Pastime of Pleasure se encuentra una grandiosa concepción que funde la imagen del Tiempo desarrollada por los ilustradores de Petrarca con las visiones del Apocalipsis: aparece como un hombre viejo con barba, con alas, su cuerpo fuerte cubierto de plumas. En la mano izquierda tiene un reloj y en la derecha fuego para «quemar el tiempo»; ciñe una espada; en su ala derecha está el Sol, en la izquierda Mercurio, y sobre su cuerpo se ven a otros cinco planetas: Saturno «oscuramente flamígero» sobre su cabeza, Júpiter en su frente, Marte en su boca, Venus en su pecho y la Luna sobre su cintura. Consciente de su poder universal niega las pretensiones de la Fama y dice:

¿ Yo, el tiempo, no soy la causa de que la naturaleza se aumente,
no soy causa de que decaiga,
no se me debe la presencia del hombre,
no descubro sus mentiras,
no soy causa de que la muerte diga su palabra,
de que pasen la juventud y la vejez
no soy yo, el tiempo, que todo lo apacigua ?.

Grabado en madera del libro de Stephen Hawes
"The Pastime of Pleasure". Londres,1509

Pero ningún periodo ha estado tan obsesionado por la amplitud y profundidad, el horror y sublimidad del concepto del tiempo como el Barroco, la época en que el hombre se encontró enfrentado con el infinito como cualidad del universo, en vez de ser una prerrogativa de Dios. Solo Shakespeare, dejando aparte todos los otros isabelinos, ha implorado, desafiado, denostado y conquistado al Tiempo en más de una docena de sonetos y no menos de once estrofas de su Rapto de Lucrecia. El condensa y supera las especulaciones y emociones de muchos siglos.
Una mente más apacible, (..), crearía en las artes visuales las imágenes insuperables del Tiempo como poder cósmico: Nicolás Poussin. Cuando representaba el fatídico momento en que Faetón, el gran símbolo de los deseos ilimitados y del poder limitado del hombre, pide el carro del Sol, un don que significará al mismo tiempo su exaltación suprema y su destrucción, Poussin usó la figura del Padre Tiempo en sustitución de las numerosas personificaciones individualizadas reunidas por Ovidio, cuya descripción tomó como modelo .


Faeton
Helios, Faetón y Saturno con las cuatro estaciones
Nicolas Poussin,h.1635
La presencia de Faetón es una referencia al mito de la catástrofe cósmica que originó la precesión de los equinocios y el nacimiento de las estaciones.


Y en su «Bailo della Vita Humana», una especie de Rueda de la Fortuna humanizada, las fuerzas que forman el inevitable ciclo del destino social del hombre —la Pobreza uniéndose al Trabajo, el Trabajo a la Riqueza, la Riqueza al Lujo y el Lujo a la Pobreza de nuevo— bailan al son de la lira del Tiempo mientras un niño juega con su reloj de arena y otro hace burbujas de jabón, que significan la transitoriedad y futilidad. La escena completa está gobernada por el imperturbable movimiento del Sol que conduce su carro por el zodiaco .


"Il Ballo della Vita Humana"Il Poussin

El desarrollo de la figura del Padre Tiempo es instructivo en dos aspectos. Evidencia la intromisión de rasgos medievales en una imagen que, a primera vista, parece ser de carácter puramente clásico; e ilustra la relación entre la simple «iconografía» y la interpretación de los significados intrínsecos o esenciales.
Es característico del arte clásico representar al Tiempo como la Oportunidad fugaz («“kairos» ») o la Eternidad creadora («Aion»), y es característico del arte del Renacimiento haber producido una imagen del Tiempo Destructor mezclando una personificación de «Temps» con la horrible figura de Saturno, dotando así al tipo del «Padre Tiempo» con una variedad de nuevos sentidos. Solo al destruir los valores falsos puede el Tiempo cumplir su misión de desvelar la verdad. Solo como principio de cambio puede mostrar su poder verdaderamente universal. En este sentido incluso las interpretaciones poussinianas del Tiempo se diferencian de las clásicas, ya que no niega los poderes destructores del tiempo a favor de su poder creador, sino que funde las dos funciones opuestas en una unidad. Incluso en él la imagen del Tiempo sigue siendo una fusión del Aion clásico con el Saturno medieval.

Cueva de la eternidad
Cueva de la eternidad
Luca Giordano,h.1685
National Gallery, Londres

Notas:

  • 1.Erwin Panofsky: "Estudios sobre iconología". Edit. Alianza Universidad. Madrid, 1998 . Capítulo 3. El Padre Tiempo. De este seguimos la estructura, y a él pertenecen las citas en su mayor parte, sino se indica en el texto.
  • 2.Federico González."Simbolismo y arte". Edit. Libros del Innombrable, 2004. Capítulo III. El Ser del Tiempo. Simbolismo de los Calendarios.Existe una versión telemática a la que se puede acceder a través del siguiente vínculo:
  • 3. Mircea Eliade: "Historia de las creencias y las ideas religiosas" Edit. Paidós.Barcelona, 1999
  • 4.Ver a este respecto René Guénon: "Símbolos fundamentales de la ciencia sagrada:"Kronos, al igual que Karneios (uno de los nombres que recibía entre los griegos Apolo), tienen la misma raíz KRN, que expresa esencialmente las ideas de “elevación” y “potencia”. Para los pitagóricos, Kronos y Rea representaban, respectivamente, el cielo y la tierra: la idea de elevación se encuentra también, pues, en esta correspondencia. Sólo por una asimilación fónica más o menos tardía los griegos identificaron a Kronos o Saturno con Chronos, el Tiempo.
  • 5.Plutarco: "Isis y Osiris", edit. Obelisco: "Así como hay griegos que afirman que Cronos es la figura alegórica del Tiempo, que Hera es el símbolo del Aire y que el nacimiento de Hefaestos, es imagen del cambio del aire en fuego, entre los egipcios hay quien pretende que Osiris es el Nilo que se une con Isis, que es la Tierra, y que Tifón es el mar en el que el Nilo desaparece al desembocar en él, exceptuando la cantidad de agua que la tierra se apropia y recibe, y se convierte para ella, gracias al río, en semilla fecunda."
  • 6..Federico González: "El tarot de los cabalistas". Edit.Kier, Buenos Aires, 1993
  • 7Marciano Capella en el siglo V compuso De nuptiis Philologiae et Mercurii (410 - 427), y a este texto se le atribuye haber introducido definitivamente el concepto de las siete artes liberales en la Edad Media, es decir, propia de los "hombres libres". El autor describe como Mercurio elige a Filología como esposa, y para hacerla digna de estar entre los dioses la lleva por un viaje de ascenso a través de las esferas celestes, una vez en el empíreo el dios como regalo de bodas le ofrece siete doncellas personificación cada una de ellas una de las artes liberales: gramática, dialéctica, retórica, geometría, aritmética, astronomía y música (armonía).
  • 8. Ovidio: "Las metamorfosis" Edit. Juventud, Barcelona,1999.

Texto: B.Ramada


 


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