El término "Utopía" fue acuñado por Tomás Moro a comienzos del siglo XVI (1516) como título de una célebre obra suya, Utopía, que quiere decir, o deriva, del término u-topos, o sea de aquello que no tiene lugar, algo que por lo tanto está fuera del tiempo y del espacio para significar con seguridad un asunto imposible de realizar en este universo y relacionado con otro mundo, o sea con una regíon más allá de estas dimensiones, un ámbito celeste y perfecto donde las cosas fueran en verdad y no signadas por las imperfecciones humanas, una forma de la ciudad celeste, o de la ciudad de Dios. (Extracto de libro "Las Utopías renacentistas. Esoterismo y Símbolo". Federico González. Edit. Kier, 2004)

La idea de Utopía es análoga al Paraíso o Centro primordial (esta se halla presente bajo distintos aspectos en todas las culturas y tradiciones), del que el hombre es exiliado, y ansía regresar. De una manera u otra es a "este lugar" hacia donde dirige sus esfuerzos, aunque él mismo lo ignore y enmascare bajo la búsqueda de quiméricas ciudades repletas de fastuosas riquezas, o de tesoros ocultos vaya a saber dónde, y se llegue incluso a perder en esa pretendida búsqueda de la "felicidad", que es la utopía del hombre moderno, una sombra irreal cuya imagen es parecida a la del perro que sigue la longaniza atada a su cola, ...a la que nunca alcanza. El hombre ha dejado de dirigirse al Centro, y se encuentra atado a sus propias pasiones.

En su búsqueda el hombre camina hacia otras regiones, o a otros estados de conciencia si se prefiere, y es en la medida en que las va conociendo, que reconoce su propia naturaleza, y es por ello que siente la necesidad de manifestar, bajo distintas perspectivas, mediante el Arte de la memoria, (la reminiscencia platónica), esos otros espacios más reales, que aparecen regidos por la Belleza, la Verdad y el Bien, y en los que todo está incluido. Advirtiendo que es algo más que construcciones polítcas o morales, éstas siempre cambiantes y condicionadas por las circunstancias históricas y sociales, recordando que ese lugar está fuera del tiempo y del espacio.