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Boletín de novedades de El Arka

 
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NEZAHUALCOYOTL  DE TEZCOCO (1401-1472) nezahualcoyotl
Tanto los poemas como los rasgos biográficos
son extractos del libro
"Literatura del México Antiguo"
de Miguel León-Portilla.
Biblioteca Ayacucho, Venezuela, 1978

cabezaRASGOS BIOGRÁFICOS

Mencionando únicamente los momentos más sobresalientes, recordaremos que nació en Tetzcoco en el año I-Conejo, 1402, teniendo por padres al señor Ixtlilxóchitl el Viejo y a Matlalcihuatzin, hija de Huitzililíhuitl, segundo señor de Tenochtitlan. Desde los días de su infancia recibió Nezahualcóyotl esmerada educación, tanto de sus ayos en el palacio paterno, como de sus maestros en el principal Calmécac de Tetzcoco. Gracias a esto pudo adentrarse desde un principio en el conocimiento de las doctrinas y sabiduría heredadas de los toltecas.

Según el historiador Chimalpin, en el año 4-Conejo, 1418, cuando el joven príncipe contaba dieciséis años de edad, vio morir a su padre asesinado por las gentes de Tezozómoc de Azcapotzalco, con la consiguiente ruina de Tetzcoco sometida al poder de la nación tecpaneca. La muerte de su padre fue el comienzo de una larga serie de desgracias, persecuciones y peligros referidos con detalle en la mayoría de las crónicas e historias. Rasgo sobresaliente de Nezahualcóyotl en tan difíciles circunstancias fue su sagacidad que, unida a su audacia, habría de llevarle al fin al triunfo sobre sus enemigos. Y seguramente que ya desde esta época tuvo ocasión de entrar en contacto con algunos poetas y sabios como es él caso de Tochihuitzin Coyolchiuhqui, "el forjador de cascabeles", uno de los hijos de Itzcoátl que le ayudó a escapar en el momento en que las gentes de Azcapotzalco perpetraban la muerte de su padre.

Ganándose el favor de los señores de varios estados vecinos, entre ellos de los de Huexotzinco y Tlaxcala, y sobre todo el de sus parientes por línea materna, o sea de los aztecas que también iniciaban entonces su lucha contra los de Azcapotzalco, Nezahualcóyotl pudo emprender la libe ración de los dominios de su padre. Así, según el testimonio de los Anales de Cuauhtitlán, en el año 3-Conejo, 1430, logró conquistar el se ñorío de Coatlichan. Al fin, después de numerosas batallas que trajeron consigo la derrota completa de los tecpanecas, Nezahualcóyotl pudo coronarse en 1431 y, dos años más tarde, establecerse de manera definitiva en Tetzcoco con el apoyo y la alianza de México-Tenochtitlan.

Su largo reinado de más de cuarenta años aparece en los textos como una época de esplendor en la que florecen extraordinariamente las artes y la cultura. Nezahualcóyotl edificó palacios, templos, jardines botánicos y zoológicos. Fue consejero de los reyes aztecas y, como arquitecto extra ordinario, dirigió la construcción de calzadas, las obras de introducción del agua a México, la edificación de los diques o albarradas para aislar las aguas saladas de los lagos e impedir futuras inundaciones. Su descendiente, el historiador Fernando de Alva Ixtlilxóchitl nos habla pormenorizada- mente de las obras emprendidas por Nezahualcóyotl y describe con fruición lo que llegaron a ser sus palacios con salas dedicadas a la música y a la poesía, en donde se reunían los sabios, los conocedores de los astros, los sacerdotes, los jueces y todos cuantos se interesaban por lo más elevado de las creaciones dentro de ese nuevo florecimiento cultural hondamente cimentado en la tradición de los toltecas.

Como legislador, promulgó Nezahualcóyotl una serie de leyes, muchas de las cuales se conservan en antiguas transcripciones que dejan entrever su sabiduría y profundo sentido de justicia. Frente al templo del dios Huitzilopochtli que se levantaba en Tetzcoco en reconocimiento del predominio azteca, edificó Nezahualcóyotl otro templo con una elevada torre compuesta de varios cuerpos que simbolizaban los travesanos o pisos celestes, sin ima gen alguna, en honor de Tloque Nahuaque, "el dueño del cerca y del junto, el invisible como la noche e impalpable como el viento", el mismo al que hacía continua referencia en sus meditaciones y poemas.

La obra poética de Nezahualcóyotl  entre los grandes temas sobre los que discurrió su pensamiento están el del tiempo o fugacidad de cuanto existe, la muerte inevitable, la posibilidad de decir palabras verdaderas, el más allá y la región de los descarnados, él enigma del hombre frente al Dador de la vida y, en resumen, los problemas de un pensamiento metafísico por instinto que ha vivido la duda, el dolor y la angustia como atributos de la propia existencia.

Selección:

glifo sol

cabezaNO EN PARTE ALGUNA. . .

No en parte alguna puede estar la casa del inventor de sí mismo.
Dios, el señor nuestro, por todas partes es invocado,
por todas partes es también venerado.
Se busca su gloria, su fama en la tierra.
El es quien inventa las cosas,
él es quien se inventa a sí mismo: Dios.
Por todas partes es invocado,
por todas partes es también venerado.
Se busca su gloria, su fama en la tierra.

Nadie puede aquí,
nadie puede ser amigo
del Dador de la vida:
sólo es invocado,
a su lado,
junto a él,
se puede vivir en la tierra.

El que lo encuentra,
tan sólo sabe bien esto: él es invocado,
a su lado, junto a él,
se puede vivir en la tierra.

Nadie en verdad
es tu amigo,
¡oh Dador de la vida!
Sólo como si entre las flores
buscáramos a alguien,
así te buscamos,
nosotros que vivimos en la tierra,
mientras estamos a tu lado.
Se hastiará tu corazón.
Sólo por poco tiempo
estaremos junto a ti y a tu lado.

Nos enloquece el Dador de la vida,
nos embriaga aquí.
Nadie puede estar acaso a su lado,
tener éxito, reinar en la tierra.

Sólo tú alteras las cosas,
como lo sabe nuestro corazón:
nadie puede estar acaso a su lado,
tener éxito, reinar en la tierra.

 

rueda

cabezaCANTO DE NEZAHUALCÚYOTL DE ACOLHUACAN
(CON QUE SALUDO A MOTECUHZOMA EL VIEJO,
CUANDO ESTABA ESTE ENFERMO)

Miradme, he llegado.
Soy blanca flor, soy faisán,
se yergue mi abanico de plumas finas,
soy Nezahualcóyotl.
Las flores se esparcen,
de allá vengo, de Acolhuacan.
Escuchadme, elevaré mi canto,
vengo a alegrar a Motecuhzoma.
¡Tantalilili, papapapa, achala, achala!

¡Que sea para bien!
¡que sea en buen momento!
Donde están erguidas las columnas de jade,
donde están ellas en fila,
aquí en México,
donde en las obscuras aguas
se yerguen los blancos sauces,
aquí te merecieron tus abuelos,
aquel Huitzilíhuitl, aquel Acamapichtli.
¡Por ellos llora, oh Motecuhzoma!
Por ellos tú guardas su estera y su solio.
El te ha visto con compasión,
él se ha apiadado de ti, ¡oh Motecuhzoma!
A tu cargo tienes la ciudad y el solio.

Un coro responde:
Por ellos llora, ¡Oh Motecuhzoma!
Estás contemplando el agua y el monte, la ciudad,
allí ya miras a tu enfermo,
¡oh Nezahualcóyotl!
Allí en las obscuras aguas,
en medio del musgo acuático,
haces tu llegada a México.
Aquí tú haces merecimiento,
allí ya miras a tu enfermo.
Tú, Nezahualcóyotl.

El águila grazna,
el ocelote ruge,
aquí es México,
donde tú gobernabas Itzcóatl.
Por él, tienes tú ahora estera y solio.
Donde hay sauces blancos
sólo tú reinas.
Donde hay blancas cañas,
donde se extiende el agua de jade,
aquí en México.
Tú, con sauces preciosos,
verdes como jade,
engalanas la ciudad.
La niebla sobre nosotros se extiende,
¡que broten flores preciosas!
¡que permanezcan en vuestras manos!
Son vuestro canto, vuestra palabra.
Haces vibrar tu abanico de plumas finas,
lo contempla la garza
lo contempla el quetzal.
¡Son amigos los príncipes!

La niebla sobre nosotros se extiende,
¡que broten flores preciosas!
¡que permanezcan en vuestras manos!
Son vuestro canto, vuestra palabra.
Flores luminosas abren sus corolas,
donde se extiende el musgo acuático,
aquí en México.
Sin violencia permanece y prospera
en medio de sus libros y pinturas,
existe la ciudad de Tenochtitlan.
El la extiende y la hace florecer,
él tiene aquí fijos sus ojos,
los tiene fijos en medio del lago.
Se han levantado columnas de jade,
de en medio del lago se yerguen las columnas,
es el Dios que sustenta la tierra
y lleva sobre sí al Anáhuac
sobre el agua celeste.
Flores preciosas hay en vuestras manos,
con verdes sauces habéis matizado a la ciudad,
a todo aquello que las aguas rodean,
y en la plenitud del día.
Habéis hecho una pintura del agua celeste,
la tierra del Anáhuac habéis matizado,
¡oh vosotros señores!
A ti, Nezahualcóyotl,
a ti, Motecuhzoma,
el Dador de la vida os ha inventado,
os ha forjado,
nuestro padre, el Dios,
en el interior mismo del agua.
tenochtitlan
glifo sol


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